LOS DOS BICENTENARIOS
QUE EL 2010 NO SE TRANSFORME POLÍTICAMENTE EN EL 2003
El mensaje de los trabajadores de la educación a través del último Congreso de AGMER, reunido en Concordia, ha sido claro y contundente: no aceptaremos la continuidad de una política económica y educativa de persecuciones, precariedad y empobrecimiento, y no aceptaremos la implementación de una nueva Ley de Educación que se instituya como nueva herramienta de ajuste político, ideológico y económico neoliberal.
Los docentes continuamos de pie a pesar de los ataques políticos permanentes del actual gobierno.
No aceptaremos jamás la profundización del ajuste ni más recortes contra la educación del pueblo entrerriano.
Es urgente, ahora, un cambio de tono y de actitud del Gobierno. El derecho de huelga es constitucional y las huelgas han sido, y son, legales y legítimas. El concepto de derecho de huelga está jurídicamente por encima del discurso oficial del “día no trabajado”. Así que, a la corta o a la larga, el Gobierno tendrá que devolver los días descontados. El derecho no puede dejar de ser derecho, porque la democracia no puede llegar al colmo de transformarse en estado procesista de excepción.
Es importante que el Gobierno realice entonces, en estos días, un gesto político y convoque a AGMER a negociar un cronograma de devolución de los descuentos. Sería importante que empiecen a destrabar el conflicto, demostrando que no es su intención robarse parte del sueldo de los trabajadores en el final de este año. La política no puede tomarse vacaciones en base al ajuste, al empobrecimiento y a las necesidades de los trabajadores y el pueblo.
Los poderes Ejecutivo y Legislativo provincial deben sentarse a discutir un cambio político y presupuestario, y una negociación para empezar a resolver la emergencia salarial. Si nadie se toma en serio el reclamo de los trabajadores, el 2010 del justicialismo se parecerá al 2003 de Montiel.
Si la política oficial no cambia habrá claramente dos Bicentenarios: un festejo gubernamental hipócrita, con discursos patrióticos y continuidad de las políticas neoliberales, y otro, el nuestro, el de los que trabajan y luchan todos los días por una sociedad justa; el de un Bicentenario como escuela de rebeldía y de lucha contra el nuevo virreinato del BID, del FMI, del Club de París, de la gobernabilidad disciplinaria y de la acumulación capitalista imperial y unitaria por desposesión de los pueblos.
No se puede ser 54% entrerriano o 25% (tal como los montos coparticipables), aceptando que nuestra riqueza se vaya a las arcas del gobierno nacional en Bs. As y, desde allí, olímpica e impunemente a las cuentas del capital financiero transnacional. El desarrollo social alternativo entrerriano y el federalismo auténtico se construirán si somos 100% entrerrianos y 100% clase trabajadora en lucha por la distribución federal de la riqueza y por una integración y una solidaridad geopolíticas diferentes.
El debate político-social entrerriano y el futuro de nuestra tierra no puede estar sobredeterminado ni condicionado nunca por políticos de Bs. As, Santa Fe o Mendoza, o por el capital concentrado depredador.
Debemos levantar, más que nunca, las banderas de las históricas Instrucciones artiguistas de 1813 y del Congreso de los Pueblos Libres de 1815 que fundaron el federalismo revolucionario. Y debemos seguir levantando, con ellas, la bandera del Programa de Liberación de Huerta Grande que la CTERA gestara en 1973. Seguiremos de pie, articulando fuerzas con los que luchan, contra la violación de los derechos humanos de ayer y de hoy, junto a los compañeros del Subte, de los frigoríficos de Uruguay y Santa Elena, junto a los desocupados de Concordia, junto a los obreros de Kraft y FASINPAT (Zanón), junto a la Intersindical de Entre Ríos, a los lancheros de Islas, las Asambleas ambientales, junto a los padres de nuestros alumnos que luchan por cooperativas sociales sin punteros y sin clientelismo, junto a una CTA de pie que siga levantando las banderas del Congreso de los Trabajadores Argentinos de Burzaco, junto a los Centros de Estudiantes que luchan por el derecho a la educación. Estamos por una Constituyente Social que sea parte verdadera de un movimiento político, social y cultural realmente contrahegemónico, plural, democrático, federalista y transformador. Estamos con todos los compañeros y hermanos de Nuestra América que luchan por la emancipación social y cultural como base para realizar la Segunda Independencia.
No entenderemos nunca y no aceptaremos una “hermandad sudamericana” construída sobre la base del ajuste, las persecuciones políticas y la injusticia social.
El hambre es un crimen y nada hay más de derecha y reaccionario que hambrear a los trabajadores, a los gurises y al pueblo.
AGMER
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Hace 4 meses.
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